En el 62, un grupo de jóvenes de pelo largo y flequillo acudieron con grandes esperanzas a Londres a los estudios Decca.
Días atrás, Mike Smith, un cazatalentos musicales los había escuchado en uno de sus conciertos en la famosa The Cavern. Los que estuvieron allí, afirmaron que su sonido era de lo más mediocre que podía encontrarse.
La respuesta fue el rechazo del Smith, algo de lo que seguro se arrepentiría unos años más tarde…
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