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4 tipos de personas que debes alejar de tu vida para triunfar.

4 tipos de personas que debes alejar de tu vida para triunfar.

1. El que nunca termina lo que empieza.

Estas personas son adictas a empezar. Encuentran fácilmente la motivación para iniciar un proyecto pero sus ganas de continuar mueren al encontrar los primeros obstáculos. Aman las excusas y tienen 5 o 6 proyectos sin terminar. La falta de disciplina, de persistencia y su afán de ver resultados rápido no les permite cruzar la meta. Sin disciplina y persistencia nunca podrás crear empresa.

2. El socio egoísta.

El egoísmo es el peor enemigo de una sociedad. Estas personas buscan socios que puedan manipular, les gustan las abejas obreras que puedan manejar a su conveniencia. El ideal de una sociedad es construir una relación gana-gana, no obstante, esta no es la intención del socio egoísta.

3. El ejecutivo mentiroso.

En su búsqueda de crecer en el mundo de los negocios, este personaje mentirá, estafará y hasta será capaz de robar para lograr sus objetivos. Por alguna razón él piensa que la moral y los negocios no tienen relación. Su respuesta siempre será “No es nada personal, solo son negocios”. Si trabajas con alguien con estas características ten cuidado, no querrás verte envuelto en su juego ni parecer su aliado.

4. El emprendedor temeroso.

Es aquella persona que no da un paso adelante sin tener seguridad de que no va a fallar, su falta de fe la lleva a no arriesgarse nunca. A pesar de que posee las capacidades y los conocimientos, temen perder, los asusta fracasar. Esta persona tiene todo para cambiar el mundo, pero su miedo acaba con sus sueños sin darles la oportunidad de volverlos realidad.

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claves pata ser más interesante y exitoso

Esto fue escrito por un mago que se metió al mundo de los negocios y entiende que los trucos no son tan importantes como la conexión auténtica y la comunicación convincente.
¿Cuántas veces en tu infancia cuando querías algo, tus padres te hacían decir la “palabra mágica”? En la actualidad no estamos detrás de dulces ni juguetes, los objetivos han cambiado; pero para cerrar un trato o conseguir un socio debemos utilizar las palabras correctas, o en palabras de Tim David, las palabras mágicas.
Tim es un mago profesional que entendió que los trucos que hacía con sus manos no eran tan importantes como lo que le debía decir a su público. La palabra incorrecta en el momento inadecuado los podía desenganchar.
Eso lo llevó a enfocarse en las claves para alcanzar una comunicación más persuasiva, así que empezó a asesorar a líderes de diferentes compañías y su trabajo a sido reconocido por importantes medios como el Huffington Post. Asegura que su conocimiento busca cerrar las brechas entre las diferencias que tenemos las personas, así que padres-hijos, jefes-empleados, doctores-pacientes, entre otros; se pueden beneficiar de las palabras mágicas
En la mayoría de los casos no podemos obligar a las personas para que hagan lo que queremos, pero, ¡si podemos hacerlas pensar que quieren hacer lo que nosotros queremos! Estamos rodeados de mucha información y nuestro cerebro tiende a buscar atajos. Una forma es a través de lo que escuchamos y de las conexiones subconscientes que realizamos. Para Tim, cuando planeamos palabras para despertar emociones intencionalmente, logramos comunicarnos eficientemente. En otras palabras, si logramos decir las palabras correctas, le entregamos al cerebro de la otra persona todo lo que necesita para seguir adelante. ¿Cómo lograrlo?
Está claro que no hay fórmulas mágicas que nos permitan hacerlo de la noche a la mañana, pero como con todo, la práctica será nuestra aliada y debemos enfocarnos. Así lo afirma Tim en su  libro Palabras Mágicas. A continuación encontrarás 4 de las 7 Palabras expuestas en este libro.

El mayor miedo que tenemos los humanos es el de hablar en público, que se traduce en miedo al rechazo. Por otra parte la idea de ser aceptados nos parece increíble, ya que no debemos cambiar y la palabra mágica para dar y recibir aceptación es “sí”.
Un “sí” en los momentos indicados hace que las otras personas pierdan cualquier tipo de predisposición, así que debemos decirlo y hacer que la otra persona también lo haga. Tim nos da un ejemplo:
Sally: (sonriente y amigable) Hola, ¿tú eres Eric?
Eric: Sí.
Sally: ¡Genial! ¿Estás aquí para la cita de las 10:30?
Eric: Sí.
Sally: No puedo creer que ya sean las 10:30. Hace mucho calor afuera para esta hora.
Eric: (Sonríe)
Sally: Bueno, nos alegra que el calor no te haya detenido. ¿Qué te trae por acá?
Eric: Creo que es tiempo de ponerme en forma.
Sally: Sí, haz venido al lugar correcto.
Eric: Bueno, eso es lo que estoy tratando de averiguar. Tengo otras opciones que debo considerar.
Sally: ¡Pero ya estás aquí! ¿Hay alguna razón?
Eric: Este es el gimnasio más cerca de mi casa.
Sally: Sí, y tenemos 500 locaciones a nivel mundial. Obviamente tener la membresía no sirve si no puedes ir nunca, ¿verdad?
Eric: Sí, ya me ha pasado antes.
Sally: Ahora será diferente. Déjame darte un tour y después repasamos las cifras. ¿Estás de acuerdo?
Eric. Sí, suena bien.


Pero

El “pero” tiene un poder increíble y es que todo lo que va antes de él se borra y lo que va después se potencia. Veamos unos ejemplos:
“Te amo por encima de todo, pero esto no va a funcionar.”
“Es el mejor producto que he visto, pero ahora no puedo invertir.”
“Tu trabajo estuvo increíble, pero no alcanzamos la meta.”
No importa que tengas la mejor intención, el poder del “pero” se encarga de que la otra persona solo recuerde lo que va después de. ¿Qué podemos hacer? Simplemente dejar la parte más importante y la que queremos que las personas recuerden después del “pero”.

Porque

Somos seres racionales y desde muy corta edad estamos buscando una explicación para todo. Lo vemos en los niños, ellos no tienen prejuicios y preguntan “por qué” todas las veces que sean necesarias.
El cerebro necesita sentir que entiende la causa de las cosas, más allá de que la causa sea correcta. “Si le preguntamos a 100 personas por qué no pueden volar, probablemente respondan: “Porque existe la gravedad”.
Esa respuesta los hará sentir satisfechos pese a que en realidad no entiendan las causas que la originan. “La gravedad” no es una explicación al fenómeno, es solo un nombre; pero ese nombre junto con la palabra “porque” satisface la necesidad de causalidad de nuestro cerebro”, dice Tim.
En 1971, la investigadora Ellen Langer realizó un sencillo experimento que evidenció la importancia de dar una explicación utilizando un “porque”, cuando buscamos influenciar los actos de los demás. En esa época no era común que todos tuvieran acceso a una fotocopiadora, por lo que se hacían filas para poder utilizarlas.
Cuando Langer intentó saltarse unos puestos en la fila diciendo, “Disculpe, solo tengo 5 hojas, ¿puedo usar la fotocopiadora?, solo obtuvo un 60% de respuestas positivas. ¡En cambio cuando dio una explicación obtuvo un 94%! ¿Qué dijo? “Disculpe, solo tengo 5 hojas, ¿podría usa la fotocopiadora? Te pido este favor porque estoy en una emergencia. Es solo una palabra, así que cuando busques influenciar las acciones de los demás ten en cuenta usar un “porque”.


Su nombre

Para Dale Carnegie, autor de How to win friends and influence people, nuestro nombre es el sonido más especial que podemos escuchar. Por eso es importante utilizar el de los demás.
Tendemos a tener asociaciones positivas con nuestro nombre, al punto en que este se vuelve una parte fundamental en las decisiones que tomamos. Tim destaca un estudio sobre el egotismo (sí, egoTismo), donde se destacan asombrosas relaciones. Por ejemplo, las mujeres llamadas Cathy son más propensas a preferir la Coca Cola y hay más chances de que los hombres llamados Peter prefieran la Pepsi.
Nuestro nombre es gran parte de nuestra identidad y al escucharlo nos sentimos valorados. Al querer influenciar las acciones de alguien más, debemos romper las barreras que los puedan distraer de nuestro objetivo y una forma es empezar a llamar a las personas por su nombre.


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LOS 10 LADRONES DE TU ENERGÍA

1- Deja ir a personas que sólo llegan para compartir quejas, problemas, historias desastrosas, miedo y juicio de los demás. Si alguien busca un cubo para echar su basura, procura que no sea en tu mente.

2- Paga tus cuentas a tiempo. Al mismo tiempo cobra a quién te debe o elige dejarlo ir, si ya es imposible cobrarle.

3- Cumple tus promesas. Si no has cumplido, pregúntate por qué tienes resistencia. Siempre tienes derecho a cambiar de opinión, a disculparte, a compensar, a re-negociar y a ofrecer otra alternativa hacia una promesa no cumplida; aunque no como costumbre. La forma más fácil de evitar el no cumplir con algo que no quieres hacer, es decir NO desde el principio.

4- Elimina en lo posible y delega aquellas tareas que no prefieres hacer y dedica tu tiempo a hacer las que sí disfrutas.

5- Date permiso para descansar si estás en un momento que lo necesitas y date permiso para actuar si estás en un momento de oportunidad.

6- Tira, recoge y organiza, nada te toma más energía que un espacio desordenado y lleno de cosas del pasado que ya no necesitas.

7- Da prioridad a tu salud, sin la maquinaria de tu cuerpo trabajando al máximo, no puedes hacer mucho. Tómate algunos descansos.

8- Enfrenta las situaciones tóxicas que estás tolerando, desde rescatar a un amigo o a un familiar, hasta tolerar acciones negativas de una pareja o un grupo; toma la acción necesaria.

9- Acepta. No es resignación, pero nada te hace perder más energía que el resistir y pelear contra una situación que no puedes cambiar.

10-Perdona, deja ir una situación que te esté causando dolor, siempre puedes elegir dejar el dolor del recuerdo.

DALAI LAMA - LOS DIEZ LADRONES DE TU ENERGÍA.






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6 hábitos tontos que te empobrecen

1. No hacer un seguimiento de tus gastos.

Las compras diarias y los gastos inesperados se suman continuamente a tus cuentas. No pienses que tratar de mantener estos números en tu mente funciona, necesitas llevar un registro exacto de todas las fugas de dinero que tengas. Absolutamente todo lo que haga que el dinero salga de tu bolsillo debe estar contabilizado.
Especialmente si eres de esas personas que gasta dinero en exceso o eres comprador compulsivo, es necesario que empieces a analizar tus hábitos de gasto de manera activa. Encontrarás gastos innecesarios que puedes eliminar para ahorrar e invertir en el futuro.

2. Consumir café, snacks, cigarrillos y almuerzos todos los días.

El dinero es irresistiblemente fácil de gastar, especialmente en cosas pequeñas. Esos consumos que parecen insignificantes, suman continuamente y cuando empieces a llevar tus registros te darás cuenta de todo el dinero que estás desperdiciando. Es dinero que podría ir directamente a tus metas ahorro.
Fumar es un pésimo hábito para tu salud y para tu bolsillo, así que piénsalo mejor antes de comprar la siguiente cajetilla. Salir a tomar un café no esta mal, pero no lo conviertas en una costumbre, no es necesario.

3. Hacer siempre el pago mínimo de tus tarjetas de crédito.

Por fortuna los bancos dan la oportunidad de realizar un pago mínimo de las tarjetas de crédito en caso de que tu presupuesto esté un poco apretado y no puedas pagar el balance mensual. De esta manera podrás mostrar a tu entidad bancaria un récord consistente y puntual de pagos.
No obstante, hacer esto sin necesidad te costará una fortuna, pues los intereses de esta modalidad de pago se incrementan considerablemente. Cancela más de lo que necesitas y convierte esto en un hábito, así ahorrarás dinero que gastarías innecesariamente en intereses.


4. Realizar pagos por fuera de la fecha límite.

Pagar fuera de las fechas en repetidas ocasiones manchara tu historial crediticio, afectando la posibilidad de solicitar préstamos en el futuro. Si no tienes débitos automáticos, es necesario que crees un sistema que te recuerde las fechas exactas de pago, de tal manera que se convierta en una rutina.

 5. Vivir sin una meta de ahorro.

Si no tienes una meta de ahorro, terminarás gastando sin medida y posiblemente estarás en apuros al finalizar el mes. Determina un porcentaje de tu ingreso que irá directamente a tu columna de ahorro. Guardar el 10% (o más si puedes) y destínalo para inversión.

6. Gastar todo lo que ganas.

La regla número uno en cuestiones financieras es simple y clara “Gasta menos de lo que ganas”. No obstante, muchas personas luchan diariamente con sus malos hábitos y viven sumergidos en deudas eternas que tratan de cubrir para entrar en otras.
Si recibes dinero extra como la prima o comisiones, utiliza el dinero sabiamente, pero no veas esto como una oportunidad para comprar por comprar, la mayoría de las veces adquieres cosas que no necesitas.


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